
Les cuento que estoy apoyando en una Campaña BTL de una nueva página web, la campaña se llama, o bueno llamaba, “Cumple tu Sueño”. Ahora se devela el nombre de la empresa la cual es Cuponéate, es un nuevo portal de ofertas y descuentos. Esta activación consiste en repartir unos pequeños volantes con la web de la empresa, nosotros disfrazados y con unos carteles.
La cosa es que haciendo esto entendí lo pésimo que se siente el estar parado y que muchas personas no te reciban el volante, e incluso te miran con una cara de desprecio. Existen las que vienen predestinadas a recibir cualquier publicidad y simplemente estiran la mano, hay las que prácticamente obligamos a que la reciban. Algunas veces tenemos que “enamorarlas” para que puedan aceptarlo, otras ni te miran. Unas cuantas te agradecen por la publicidad, muchas te muestran una sonrisa fingida. Por otro lado, según me dijeron mientras chambeaba, existen las personas que “tienen más posibilidades de comprar” y las que supuestamente “tienen menos posibilidades de comprar”.
A mi parecer esto es estúpido, las apariencias dicen muy poco, muchas veces la personas que menos esperamos es la que más tiene y viceversa. No debemos juzgar a nadie, además si uno tiene más o menos no es asunto nuestro, al momento de hacer una publicidad, sobretodo BTL, elegimos los puntos de nuestro público y en ese lugar se hace la activación para todos por igual, blanco, negro, cholo, gringo, amarillo, pálido, sin color o como los quieran llamar. No es razonable el elegir a quien le daremos publicidad y a quien no, creo que suficiente con elegir los puntos en los cuales lo haremos.
Yo era una de las personas que prefería no recibir nada e incluso me parecían molestosas las personas que repartían estas cosas, pero luego de pasar por esta experiencia comprendí que algunas veces lo que nos parece absurdo puede ser muy útil. A partir de hoy he decido recibir cada publicidad que me den, si no me sirve a mí tal vez a alguna persona conocida le pueda servir.
Hoy en día estamos en la época en que la publicidad bombardea nuestras vidas, y siendo yo una de las personas que lo hace, puedo asegurar que en algún momento todo nos puede llegar a servir. No quito que a veces hay cosas sin sentido, pero caray, ¿nos hace menos recibir la publicidad?, pongámonos en el lugar de los “volanteros” por un momento y, siendo sinceros, el estar parado en la calle durante tantas horas es insoportable, los pies duelen, el calor mata, las personas te miran mal, te aburres y por último te sientes cansado de mostrarte siempre sonriente.
PD: Hagan como yo, reciban las publicidades, léanlas y si no les parece interesante buscan un tacho y lo desechan. Pero no sean indiferentes por favor.
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